Carlos Sandoval, gerente de Tallando Talentos, abrió con entusiasmo una ventana hacia el origen y desarrollo de la academia de arte que ha transformado tantas vidas en Cúcuta y, recientemente, también en Medellín. Su relato comenzó con un anhelo de juventud, cuando un joven Carlos soñaba con formarse en el ámbito artístico, pero encontraba que en su ciudad no existían espacios de formación accesibles y continuos en las artes.
La ausencia de estos centros de enseñanza fue, justamente, lo que sembró en él la idea de fundar Tallando Talentos, un espacio pensado para pulir, moldear y descubrir talentos artísticos. Así nació la academia, con la visión de hacer que otros jóvenes pudieran acceder a un aprendizaje integral y duradero.
Sandoval explicó que uno de los desafíos iniciales más grandes fue mantener la constancia y la fe en su sueño de impactar la vida de las personas mediante el arte. Durante más de 15 años, la academia ha superado obstáculos a través de la resiliencia y la perseverancia, consolidándose como un lugar de formación artística continua en una ciudad donde las alternativas eran efímeras y dependientes de programas gubernamentales transitorios. Esta permanencia ha permitido a Tallando Talentos no solo sostenerse, sino también crecer hasta transformarse en un referente local y, ahora, nacional.
El enfoque de Tallando Talentos va más allá de una disciplina única, pues cada persona es un universo de posibilidades y, en la academia, los estudiantes pueden explorar diversas áreas del arte. Desde la pintura hasta la música, los jóvenes encuentran un espacio integral en el que no solo desarrollan una habilidad, sino que también descubren nuevas pasiones. Niños y jóvenes pueden experimentar en diferentes disciplinas: mientras unos exploran la pintura, otros prueban la guitarra, el violín, el canto o la batería, despertando un gusto por las artes que quizás no habrían imaginado. “Aquí, cada estudiante tiene la oportunidad de descubrir su verdadero talento”, cuenta Carlos con orgullo.
Los frutos de este esfuerzo se ven en los éxitos alcanzados por antiguos alumnos. Algunos jóvenes que empezaron su formación en Tallando Talentos han continuado sus estudios en instituciones como la Universidad de Pamplona, y hoy en día incluso enseñan arte en la universidad, llevando su aprendizaje a nuevos niveles y transmitiendo a otros lo que alguna vez aprendieron en Cúcuta. También hay quienes se dedican al muralismo y han llevado su arte a otros países, transformando sus entornos y llevando consigo la esencia de la academia.
El sueño de Tallando Talentos no se queda en Cúcuta. Carlos cuenta con orgullo que, tras años de trabajo, la academia ha logrado expandirse y establecer una sede en Medellín, donde ya llevan tres años formando a nuevas generaciones de artistas. Esta expansión es parte de un plan a futuro que busca llevar la filosofía y enseñanza de Tallando Talentos a distintas ciudades de Colombia, construyendo una red de espacios que ofrezcan una educación artística de calidad.
La comunidad también ha sido parte fundamental de este proyecto, participando activamente en la socialización de las actividades y formando un vínculo con la academia. Tallando Talentos se ha convertido en un espacio vivo en Cúcuta, donde cada proceso está orientado al desarrollo integral de los alumnos, basándose en un modelo educativo que reconoce las inteligencias múltiples de cada uno. Recientemente, se realizó el 2do Festival intercolegiados de las Artes Escénicas «Talento en escena» con estudiantes de diferentes colegios de la ciudad.
El pasado mes de noviembre se llevo a cabo uan exposición de piezas artísticas en diferentes calles de la ciudad, este evento denominado «Cúcuta avenida en avenida» donde se hizo circulación en tres lugares diferentes, mostrando la belleza de Cúcuta a través del arte.
Encuentras el taller en: Av. 3 Este #15A-37, barrio Los Caobos.
Redacción: Sara Gabriela Noriega Alba.
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