SUPERALIMENTOS O SUPERFOODS ¿REALMENTE EXISTEN O SOLO ES PUBLICIDAD?

By Kareem Marcano
@nut.KareemMarcano

En los últimos años, ha habido una tendencia creciente a nivel mundial de llevar una alimentación cada vez más saludable y nutritiva, razón por la cual cada día son más las personas que están preocupadas por el contenido nutricional de los alimentos y por consumir aquellos calificados como “saludables” o “nutritivos”. Es por esto que cada vez hay más publicidad de alimentos novedosos, dentro de los cuales se encuentran los llamados “superalimentos” o “superfoods”. Si bien no existe una definición universalmente aceptada de los “superalimentos” o “superfoods”, estos se pueden definir como alimentos que poseen una gran concentración de nutrientes y sustancias bioactivas que a su vez tienen efectos positivos en la salud. Algunas de las muchas propiedades que se le atribuyen son: combatir infecciones, fortalecer el sistema inmune, incrementar los niveles de energía, inhibir el cáncer, proteger el hígado, “quemar” grasa, disminuir la inflamación, disminuir la presión arterial, entre otras.

Los “superalimentos” son alimentos de naturaleza diversa, es decir, pueden ser frutos, raíces, plantas, semillas, algas, etc., y la mayoría han sido consumidos por siglos en Oriente, de donde provienen muchos de ellos, pero hasta hace poco se ha empezado a incrementar su consumo en países occidentales como consecuencia de la excesiva publicidad que han tenido, sobre todo en las redes sociales. Los alimentos que entran dentro de la categoría de “superfoods” son la maca, la cúrcuma, el açai, la lúcuma, las bajas de goji (goji berries), la garcinia cambogia, las semillas de chía, las semillas de linaza o lino, las semillas de hemp (hemp seeds), la quinoa, el amaranto o kiwicha, el cacao, el coco, el aceite de oliva, la espirulina, el aguacate, el ajo negro, la ashwagandha, el camu camu, el hongo chaga, la chlorella, la moringa, el matcha, entre otros. Cabe destacar que estos alimentos son, en su mayoría, bastante costosos y muchos de ellos ya eran consumidos desde hace siglos en varios países de América y Europa como por ejemplo: el cacao, el coco, el açai, la quinoa, el aguacate y el aceite de oliva.

A pesar de que las palabras “superalimentos” y “superfoods” se escuchan interesantes y llamativas, la realidad es que ninguno de estos términos tiene un origen científico, puesto que no se usan en la ciencia de la nutrición, ni de la tecnología de alimentos, sino que fueron inventadas por los expertos en marketing de la industria alimentaria para promocionar así muchos alimentos novedosos. Esta estrategia ha dado muy buenos resultados, pues la demanda de “superalimentos” se ha incrementado a nivel mundial y cada vez son más los productos alimenticios que incluyen en su etiqueta la palabra “superfood”. Sin embargo, en realidad los alimentos no se dividen en “superalimentos” y alimentos convencionales como si los primeros fueran más nutritivos, más importantes o imprescindibles y los segundos, de escaso valor nutricional o menos importantes. Esto quiere decir que no hay alimentos más importantes que otros, pues todos los alimentos contienen nutrientes y propiedades específicas que combinados adecuadamente y en la porción correcta, contribuyen positivamente a la salud. Así que, no hay la necesidad de comprar los “superalimentos” para tener una buena salud, pues lo que verdaderamente importa es llevar una alimentación saludable, variada y balanceada.

Por otra parte, aunque los “superalimentos” se promocionan como la cura de todos los males incluidos el sobrepeso y el cáncer, la realidad es que no hay evidencia científica concluyente de que tales alimentos realmente tengan los beneficios que se le atribuyen y muchos menos de que realmente curen, mejoren o prevengan enfermedades como el cáncer. Por lo tanto, publicitar un alimento como la cura de una enfermedad para la cual ya existen varios tratamientos con respaldo científico, constituye un peligro a nivel de salud pública, pues esto podría ocasionar un fatal desenlace en quienes desechen el tratamiento y lo sustituyan por el “superalimento” sugerido. Por otro lado, es un hecho que el consumo de un solo alimento no garantiza la buena salud de una persona y mucho menos le permite prevenir, tratar o curar enfermedades, puesto que es una dieta saludable en general la que puede lograr esto. Lo que quiere decir que si un individuo lleva una alimentación inadecuada, pero suele echarle cúrcuma al café todos los días, no va a experimentar ningún cambio en su organismo puesto que su dieta está contribuyendo al deterioro de su salud, aumentando el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes y la hipertensión arterial.

Así que, aunque innumerables páginas de internet e “influencers” promocionen de forma insistente el consumo de los “superalimentos” como si fueran una necesidad vital o como algo imprescindible en la alimentación, su consumo no es necesario para tener una buena salud. Sin embargo, como los “superfoods” son en definitiva alimentos saludables y nutritivos, pueden ser incluidos perfectamente en la dieta, en la porción correcta, si el individuo puede adquirirlos. Esto teniendo en cuenta que, según la evidencia científica, lo importante para mantener una salud adecuada y prevenir enfermedades como las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), es llevar una alimentación saludable, balanceada y variada. Esta debe incluir principalmente frutas y vegetales, cereales integrales, semillas, frutos secos, legumbres, pescados, carnes magras y abundante agua.

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