Foto:Piazzolla
Bogotá, 5 Julio. El mundo de tango en América Latina le rinde tributo a Astor Pantaleón Piazzolla, el compositor, arreglista, bandoneonista y director argentino que vivió y revoluciono el tango con un nuevo estilo y estética que perdura a los 25 años de su muerte, el 4 de abril de 1992.
Los medios de comunicación más importantes de América Latina desplegaron la imagen de Astor como el gran reformador del tango en el siglo XX, quien se aproximó al género en la ciudad de Nueva York, en donde se enamoró del bandoneón.
“Astor Piazzolla, a 25 años de la muerte del último transformador del tango”, “La eterna vigencia de Ástor Piazzolla a 25 años de su muerte”, “Rarezas del universo Piazzolla, a 25 años de su muerte”, “Astor Piazzolla, a 25 años de su muerte Fue una figura que renovó al tango, pero fue criticado por la Vieja Guardia”, fueron algunos de los titulares de la prensa en Buenos Aires y en América Latina.
Piazzolla impone “una certeza: Nadie escribe tango sin acudir a su referencia y, acaso por esa misma razón, la obra del músico que atizó y amplió los horizontes de una estética también puede ser observada como un riesgo para aquellos que se detienen en la copia y en la repetición de un estilo”, reseñó Mariano Suárez en la agencia argentina Telam.
Para Cecilia Camino “con la ambición de cruzar el lenguaje de lo popular y lo culto, Piazzolla emergió del mejor linaje de la tradición tanguera -la orquesta de Aníbal Troilo-, a la que luego desafió para, finalmente, instalarse en el canon que hoy ocupa”.
Su legado- enfatizó- “trasciende un género (las bateas universales de Amazon lo ubican simultáneamente en las categorías del tango, el jazz, la música clásica y la world music), pero la pericia compositiva y la amplitud de su enfoque prevalecieron por afirmarse en ese lenguaje popular y local que tan bien conocía a pesar de su crianza neoyorquina”.
Para el autor de la serie de libros “El Universo del Tango”, el colombiano Asdrúbal Valencia Giraldo, “en 1929 cuando Astor vivía con su familia en Nueva York, de 1925 a 1936, el padre le regaló un bandoneón y el niño empezó a estudiarlo con maestros. En ese tiempo también estudió música clásica y actuó en la película "El día que me quieras", con Gardel, en 1933".
El profesor Valencia recuerda en uno de sus textos que “En 1938, ya en Buenos Aires, Piazzolla tuvo otra aproximación tanguera. Le daba vergüenza que sus amigos supieran que tocaba el bandoneón. Pero cuando escuchó al violinista Elvino Vardaro, dijo: Descubrí una manera diferente de tocar el tango “.
Piazzolla, anota Valencia, en 1933, escribió una carta a Vardaro “diciéndole que le gustaba su orquesta por los fraseos y los arreglos para bandoneones y las armonías de violín. Entre tanto, prestaba atención a otros, por ello el sonido y el estilo de Astor Piazzolla tiene la influencia de tres bandoneonistas fundamentales: Pedro Maffia, Pedro Laurenz y Aníbal Troilo”.
El experto en tangos subraya que, en 1965, Troilo se refirió a Piazzolla en una entrevista con estas palabras: “Creo que es un gran músico; sobre todo, un compositor inspirado. Lo único que me molesta en él es que a veces quiere asustar a la gente con arreglos extraños. Me río de los que creen que Piazzolla debería dejar el tango y hacer música sinfónica. Para el tango, un músico como Piazzolla es impagable.”
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