By Carlos Hernandez
@CAHG_26
Tener el
cuerpazo de una modelo no es solo cuestión de genética, sino que detrás
de unas curvas de infarto hay un duro trabajo, entre una estricta dieta y
una eficaz rutina de ejercicios en el gimnasio.
Este es el secreto del cuerpo de Irina Shayk, pero no solo antes de
convertirse en mamá, sino también después de tener en casa a la pequeña
Lea, fruto de su relación con el actor Bradley Cooper. Al menos así lo
ha demostrado la modelo rusa a través de una
imagen que ha compartido en las redes sociales y que está causando
sensación por parecer imposible que ese cuerpo haya pasado por un
embarazo hace tan solo unas semanas.
La
transformación física que acompaña a las mujeres después de convertirse
en mamás no es apreciable en la imagen que la maniquí ha compartido en
su perfil de Instagram, aunque para ser justos hay que
señalar que en la zona abdominal una estratégica sombra dificulta que
se aprecie a la perfección su vientre plano. No obstante, no podemos
ponernos tiquismiquis y la recién convertida en madre tiene un cuerpo de
escándalo, se mire por donde se mire.
Por si las
dudas pudiesen sobrevolar sobre esta instantánea, desde 'JustJared' han
confirmado que la instantánea fue captada el pasado martes y no
corresponde a una acción publicitaria o personal realizada
por la modelo cuando el proyecto de ampliar la familia era tan solo
eso, un proyecto. Esto confirma la vuelta al trabajo de la modelo, que
al recuperar en tiempo récord el sensual cuerpo que le dio la fama, ya
puede volver a conquistar al mundo siendo imagen
de las firmas de lencería más importantes del mundo, de la que ella
suele ser embajadora de excepción.
Fuente:msn.
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