By Carlos Hernandez
@CAHG_26
Aunque la publicación de su autobiografía 'The Secrets of My Life' haya podido generar algún que otro conflicto familiar, en especial con su exmujer Kris Jenner, Caitlyn Jenner no se arrepiente de haber encontrado en la escritura de sus memorias el alivio y la tranquilidad que tanto necesitaba, dado el beneficioso efecto que ha tenido para su autoestima relatar con detalle los sentimientos y dilemas que ha venido viviendo con su identidad de género desde que fuera un niño llamado Bruce.
"No tengo
ningún otro secreto más en mi vida. Es un sentimiento maravilloso. El
libro es sobre la lucha de mi vida. Cada persona tiene sus problemas.
Cada uno tiene cosas con las que lidiar en su vida,
y con lo que yo he lidiado en mi vida es con mi identidad como persona.
Poder compartir mi viaje con otras personas... es genial", ha
compartido en el programa de televisión Live! With Kelly.
Pese a que el
mundo conoce a Caitlyn desde julio de 2015, cuando sorprendió a la
opinión pública con una impactante portada en Vanity Fair en la que
presentaba su cambio de género a sus 65 años de edad,
el padre de Kylie y Kendall Jenner atravesó un largo proceso lleno de
dudas e inquietudes hasta que tomó la decisión de mostrar al mundo su
imagen como mujer.
"No estamos
hablando de sexualidad, estamos hablando de quién eres y quién está en
tu alma. Pasa por tu cabeza las 24 horas del día, los 365 días del
año... crecí en los años 50 y los 60, en los que
ni siquiera había un nombre para ello. No sabía lo que era. No sabía
por qué. Me colaba en el armario de mi madre y mi hermana... y yo era
muy pequeño, tenía como 9 o 10 años, me escapaba del apartamento, y como
no tenía una peluca, me ponía un pañuelo alrededor
del pelo para que no se viese que tenía el pelo largo. Hacía todas
estas cosas y lo pasaba mal. Pero encontré los deportes. Y fue una gran
oportunidad para demostrar mi masculinidad", ha narrado sobre una lucha
interna que se remonta a su más tierna infancia.
Bruce Jenner
se convirtió en un héroe nacional en los Juegos Olímpicos de Montreal de
1975 al alzarse con la medalla de oro en la exigente prueba del
decatlón, pero su aparente pasión por los deportes
le servía fundamentalmente de tapadera para ocultar su frustración ante
una etapa de confusión identitaria que en esa época debía reprimir a
toda costa.
"Ahora miro
atrás y muchas de las razones por las que estaba tan obsesionado con
ganar y demostrar mi masculinidad era por mis problemas con el género.
Fui un niño disléxico y sufrí una gran falta de
confianza en mí mismo, y todas esas cosas jugaron un papel importante.
Estaba todavía más decidido a superar a la siguiente persona. Iba a
trabajar más que la siguiente persona, iba a entrenar más que la
siguiente persona, iba a ser más inteligente. No sabía
hasta dónde iba a llegar", ha explicado en el espacio
televisivo.
Fuente:msn.
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