By: JOSÉ GÓMEZ
CERDA
Las primeras manifestaciones
artísticas de esta cultura fueron grabados
rupestres, que se remontan al Neolítico y que se encuentran en la
zona del Sahara
El arte africano es un conjunto de
manifestaciones artísticas producidas
por los pueblos del África negra a lo largo de la historia.
Mis actividades en África,
como secretario general de la Federación
Mundial de Trabajadores de la Agricultura, Alimentación y Hotelería (FEMTAA), (1996-2004) tenía entre sus
objetivos ayudar a los trabajadores africanos a profundizar en la ideología
sindical, elaborar planes de trabajos, y
predicar sobre la ética sindical, la aplicación de la moral.
Además del contacto con
sindicalistas africanos, me interesé en
conocer el arte de ese continente, que es más rico de lo que muchos piensan. Poder expresarme en francés me
permitió un contacto más directo. Les
expliqué que el proceso de globalización que actualmente vivimos trata de imponernos sus criterios
sobre el sistema económico, también
ideológico.
Para esto expone que no es
necesario discutir sobre las ideas; que el
mercado resolverá todo, inclusive uno de sus principales ideólogos
ha dicho que hemos llegado al fin de las
ideologías. Sin embargo, los
trabajadores tenemos nuestras propias ideas y consideramos que es necesario exponerlas y defenderlas.
Sostenemos que para hacer un
sindicalismo profundo, eficaz, que
busque cambios radicales en las actuales estructuras sociales, económicas, políticas y culturales, es
necesario tener y defender un contenido de las ideas humanistas.
El sindicalismo ideológico
es un conjunto de posiciones coherentes
sobre la naturaleza del hombre trabajador, el sindicalismo, la familia,
la sociedad y el trabajo, a partir de
principios, valores y una ética sindical.
También expliqué a mis
compañeros trabajadores africanos la
importancia de tener conocimientos generales sobre arte,
literatura, poesía y pintura, para
nuestra formación personal integral.
Estas actividades dieron
frutos en la formación y educación ideológica
en muchos de los dirigentes de las organizaciones campesinas africanas, y así me lo manifestaron en diversas
ocasiones.
Muy variado
El continente africano acoge
una gran variedad de culturas,
caracterizadas cada una de ellas por un idioma propio, unas
tradiciones y unas formas artísticas
especiales.
Aunque la gran extensión del
desierto del Sahara actúa como barrera
divisoria natural entre el norte de África y el resto del continente,
hay considerables evidencias que
confirman toda una serie de influencias
entre ambas zonas a través de las rutas comerciales que atravesaron África desde tiempos remotos.
En numerosas tribus
indígenas de África, el arraigo de la tradición
artística autóctona ha permitido el mantenimiento de diversas manifestaciones
estéticas hasta épocas relativamente recientes. De hecho, es precisamente a partir de principios
del siglo XX cuando este arte comienza a
ser apreciado en Occidente; primero, por los 3 representantes de la vanguardia,
y después por museos y público en
general.
Características generales
El arte africano,
desarrollado por comunidades aisladas, muy pequeñas, presenta una enorme variedad, con manifestaciones
artísticas primitivas. El arte africano
es esencialmente funcional, siempre surge
asociado a un acto religioso o de carácter social, y de ahí que esté fuertemente condicionado por las creencias.
Antes de que se iniciara el
proceso de colonización europea del
continente africano, la mayor parte de los pueblos eran “animistas”,
es decir, atribuían un alma o principio
vital a todos los seres y fenómenos de
la naturaleza. Los africanos creían en un dios todopoderoso que no se comunicaba con los imperfectos seres
humanos.
Esa divinidad otorgaba a
todas las criaturas un espíritu, que podía ejercer una influencia positiva o
negativa; los más poderosos eran los
antepasados: cuando un hombre moría, su espíritu se separaba de su cuerpo y vagaba por el lugar donde vivió. Los
africanos creían que estos espíritus
moraban en las figuras talladas que representan a los difuntos y que eran custodiadas por sus
parientes.
En general, los valores
fundamentales que presiden este sistema de
creencias son la unidad y la armonía dentro de la familia y con el
clan, con los antepasados y los
espíritus. La religión es un acto comunitario,
no individual.
Los nativos que se
convirtieron al cristianismo o al islamismo se
esforzaron por mantener estos principios.
En este contexto se
diferenciaron dos manifestaciones artísticas básicas: fetiches y máscaras: Los
fetiches son objetos a los que se les atribuye un poder sobrenatural para ejercer influencias
maléficas o beneficiosas. Cabe
distinguir entre figuras-relicario, con cavidades para guardar objetos, fetiches de clavos, que ejercen
influencias malignas, fetiches que transmiten los mensajes de los espíritus y
tallas conmemorativas de personajes
relevantes.
Por su parte, las máscaras
se emplean para captar la energía 4 sobrenatural de los espíritus, en ritos
funerarios y mágicos o en ceremonias
destinadas a propiciar la fecundidad de la tierra. La realización de una máscara o de un fetiche se
acompaña de un ritual específico, como
el sacrificio previo de un animal.
La gran mayoría de las
manifestaciones del arte africano tiene como materia básica la madera. En las
tribus más desarrolladas se utilizaron,
ocasionalmente, materiales como el hierro (en objetos de uso cotidiano, como cuchillos, azadas y hachas) o el bronce.
El oro fue empleado por las culturas más
evolucionadas, como las de Costa de Marfil, para joyas, pequeñas, máscaras o colgantes.
En la zona de influencia del
Islam y la iglesia ortodoxa, la arquitectura desempeñó un papel fundamental:
existen notables ejemplos, tanto en el
área occidental del continente (la mezquita de barro de Yené, en Malí), como en las regiones orientales
(iglesias rupestres de Lalibela, en Etiopía). La arquitectura doméstica tradicional
se materializa en forma de sencillas
chozas o cabañas; cuando se necesitan varias
habitaciones se van añadiendo más cabañas.
En estas zonas, el arte
rupestre tiene también una importante presencia. Entre los pueblos agricultores
de África central y occidental (cuencas de los ríos Congo y Níger) la escultura
dominaba el panorama artístico. Las primeras
esculturas conocidas fueron cabezas y figurillas de cerámica de la cultura Nok
de Nigeria (500 a. C.- 200 d. C.). También
corresponden a esta cultura las primeras muestras del trabajo en hierro del
área subsahariana.
Las artes escénicas (danza,
teatro y música) presentan tanta relevancia o más que las visuales. Las
características más sobresalientes de la música africana son la complejidad del
ritmo, marcado mediante el empleo de diversos tipos de tambores, y la relación
entre la forma melódica y la estructura tonal del lenguaje.
Hoy, por ejemplo, aparecen
entre las culturas del sur del Sahara muchas muestras de arte islámico, así
como también formas arquitectónicas de inspiración norteafricana. Además, las
investigaciones apuntan a una influencia recíproca entre estas zonas del sur
con las tradiciones artísticas y culturales de aquellas regiones del norte de
África más cercanas al Mediterráneo. El arte de Egipto, uno de los más
brillantes de 5 África, tiene importantes conexiones artísticas y culturales
con las civilizaciones africanas al sur del Sahara.
Los collares africanos
destacan por el conjunto de colores que en ellos se combinan. Cada collar tiene
un significado, al igual que las máscaras.
El arte africano, además de
su importancia inherente a las gentes que lo produjeron, ha inspirado también a
algunos de los más importantes artistas y movimientos del arte contemporáneo,
tanto de Europa como de América.
Los artistas occidentales
del siglo XX han admirado la importancia que se concede a la abstracción en el
arte africano, estimulando con ello su falta de preocupación por el
naturalismo.
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