Una auditoría interna realizada en el Fondo Monetario Internacional reveló que la institución ignoró sus propias investigaciones al incitar -antes de tiempo- a los países ricos a llevar a cabo recortes tras la crisis financiera global.
El nuevo reporte de la oficina de evaluación independiente del fondo (IEO) criticó que se urgiera a países como Alemania, Estados Unidos y Japón a tomar medidas de austeridad en 2010-2011, antes de que sus economías se hubiesen recuperado de la crisis de 2008.
Según el IEO, los aportes simultáneos de los bancos centrales para estimular el crecimiento no consiguieron promover la recuperación y dieron lugar a volátiles flujos de capitales en las economías emergentes.
La directora del FMI, Christine Lagarde, rechazó las críticas diciendo que a su juicio las recomendaciones fueron correctas, sobre todo tomando en cuenta los datos de crecimiento en 2010.
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