Por: Mario Antonio Lara Valdez
Cuando
caminamos de manera responsable por la vida, logramos observar nuestra
evolución. Pero, sobre todo, buscamos en nuestro entorno aquellos
referentes de vida que nos han enseñado cómo enfrentar el presente y el
futuro, sin dejar de lado nuestro pasado, que nos puede mantener
prisioneros o impulsarnos a ser mejores personas.
En
estos tiempos de crisis social y de valores, encontré esta frase que me
cruzó directamente a la conciencia y el corazón: "En medio del peligro y
la tragedia, Dios y los militares ocupan un lugar parecido. Dios es
aclamado y el soldado venerado; una vez pasa el peligro, Dios es
olvidado y el soldado despreciado".
Observando
detenidamente esta frase y conversando sobre esta realidad que logró
inquietar a los presentes en la sala de espera, escuché la historia de
vida del general de brigada Pablo Jiménez Sánchez, presidente de la
Junta de Retiro y Fondo de Pensiones de las Fuerzas Armadas, logramos
establecer intercambio de historias personales dejando caminos abiertos
para que entre la empatía para, desde nuestras posiciones de
responsabilidades , logremos visualizar a ese ser humano que viste
uniforme de soldado, quien muchas veces solo desea ser escuchado y
tratado de forma correcta en su etapa de retiro.
En
diferentes etapas de la vida tenemos inseguridades, gratificación,
tristeza, pero donde somos más vulnerables es en la tercera edad.
Nuestros amigos desaparecen, los familiares nos hacen a un lado porque
están ocupados, y la sociedad piensa que no somos capaces de seguir en
la dinámica económica y social, lo cual es totalmente falso, porque en
esta etapa es cuando somos más útiles para la sociedad.
Lágrimas
pueden recorrer esta alma sensible, ya no solo por la edad, sino
también por la educación forjada en valores, al encontrar la imagen del
cardenal Nicolás López Rodríguez en una etapa muy especial, en la que
debe recibir cariño y respeto por su vulnerabilidad. Pero así están
nuestros abuelos, padres, tíos, vecinos y nosotros mismos cuando, por
diferentes circunstancias, nos toque estar bajo el cuidado especial de
otras personas.
Esta
realidad que describimos podemos observarla solo mirando nuestro
entorno y los obstáculos que las personas encuentran al caminar y
solicitar algún servicio público o privado, comenzando por los bloqueos
impuestos a partir de los cincuenta años por la falta de políticas
públicas dirigidas a este segmento poblacional, que requiere mayor
empatía de la clase política y empresarial.
En
la película "Mañana No Te Olvides", donde Freddy Ginebra asume el rol
del abuelo que pierde facultades, junto a su nieto con condiciones
especiales, ambos simbolizan ese amor que debemos mantener, combinándolo
con la disciplina del soldado y la entrega incondicional del religioso,
creando una sinergia que todos debemos imitar.
Recordemos
que todos necesitamos esa mano solidaria en las diferentes etapas de
nuestra vida. Pero no puedo dejar de insistir en la atención a los más
vulnerables, ya que en cualquier momento podemos encontrarnos en esa
situación. Seamos responsables y exigentes con nuestros derechos
fundamentales.
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