El estado de descalabro y desesperación que vive el Partido de Liberación Dominicana (PLD) es tan evidente que, ante cualquier comentario hecho por personajes de sus impopulares y descreditados gobiernos, tratando de aprovechar un escenario para sacar ganancias políticas, sus falsedades y oportunismos son tan evidentes que al aflorar terminan devorados por la burla pública.
Una muestra de este tipo de personajes es Roberto Rodríguez-Marchena, miembro del Comité Central del PLD quien, en una hábil maniobra para capitalizar el diálogo entre una comisión del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) y el liderato de ese partido, escribió una masa de críticas contra el Gobierno, drenando la idea de que allí hubo una revelación de malestar entre los empresarios.
Ante esta ofensa a la confianza de la institución empresarial, el vicepresidente ejecutivo del Conep, Roberto César Dargam, salió públicamente al frente a Marchena, recordándole que la reunión con el PLD fue "muy cordial y respetuosa", pero dejó claro y rechazó que ésta hubiera transcurrido en el contexto crítico y de crudeza que el peledeísta describe en una publicación en las redes sociales.
No bien terminado el evento, Marchena juzgó oportuno el momento para difundir la versión de que la presunta falta de gerencia del Gobierno, para atender necesidades y garantizar servicios básicos, está generando un malestar social que tiene preocupados a los micro, pequeños y grandes empresarios.
Es este impertinente comportamiento lo que aleja cada día las posibilidades de que el partido morado gane respaldo y regrese al poder, un caso retratado por Marchena al intentar acomodarse a una reunión de buena fe de los empresarios, nada más para sacar provecho a esa visita y beneficiar a su partido.
Rodríguez Marchena personifica la degradación estructural y moral que está arrastrando al PLD al patíbulo y le cierra más las puertas a su esperanza de triunfo en las elecciones de 2024. Marchena es miembro del Comité Central del partido que lidera de Danilo Medina y es el jefe de comunicaciones de la campaña de Abel Martínez, lo que advierte al país de lo que podría esperarse, en el caso hipotético de un retorno al poder del PLD, algo que sólo está en su imaginación y deseos.
Esa es su forma de engaño y de entrampar a la gente. Mentir, manipular y usar, una triada salvaje que pretenden seguir usando para lucrarse del poder y olvidar a los pobres, a quienes venden falsas esperanzas de cambio y soluciones. La imprudencia y oportunismo de Marchena fue frenado en seco por el Consejo Nacional de la Empresa Privada, que parece entendió de inmediato el propósito de sacar provecho político a su visita a los lideres peledeístas.
Por eso es por lo que el PLD sigue atrapado en el pantano y no encuentra manera de salvarse. Su pasado de corrupción es tan fuerte y causante de tanto sufrimiento para el pueblo que ni tan solo su presidente, Danilo Medina, decide hacer vida pública ni contactos con los medios de comunicación. Basta recordar que gran parte del estrecho círculo familiar de Medina guarda prisión, acusado de prevaricación y asociación de malhechores y lo mismo ocurre con la mayoría de sus principales dirigentes.
No hay manera de que el partido fundado por el profesor Juan Bosch se salve de la pesadilla que le aturde y asusta, teniendo que apelar a toda forma de deslealtad, desde la burda mentira hasta el más vil engañó, como el urdido y puesto a flotar por Roberto Marchena.
Sólo que esta vez, Marchena se lanzó al ruedo con su trama, pero cuando los hombres de empresa pusieron las cosas claras sobre la visita a los jefes de su partido, el antiguo influyente del expoderoso círculo palaciego de Danilo Medina tuvo que echar a desandar su camino, porque en las redes sociales le cayó encima un hostigamiento severo por sus comentarios temerarios.
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